El portal Vertele.com llevó la semana pasada a su portada el siguiente titular: “El último superviviente de Cuatro no lo es tanto como parece”. En la noticia criticaban que el aventurero presentador, Bear Grylls, “suele pasar días alejado de la civilización en supuestos lugares remotos para dar lecciones de supervivencia” y, sin embargo, en un episodio grabado en el volcán Kilauhea “varios espectadores descubrieron que el programa utilizó paisajes de fácil acceso”.
Sea como fuere, lo cierto es que en el video “se puede observar como junto a la zona que el aventurero califica de peligrosa, debido a formaciones rocosas, se encuentra una transitada carretera que contradice el espíritu del programa” lo cual, según el portal de televisión, ha causado “decepción” entre sus seguidores. Sin embargo, sea o no cierto, el aventurero presentador se ha enfrentado a todo tipo de animales, algunos especialmente peligrosos, y ha enseñado, por ejemplo, cómo sobrevivir en el desierto sin pasar hambre, sed, y sin sufrir una insolación…
El asunto ha desatado, en varias ocasiones, intensos debates en meneame.net. Y no es el único vídeo. A pesar de que “El último superviviente” afirma viajar en solitario, o acompañado por un cámara, las imágenes del equipo que lo acompaña lo desmienten.
Lo cierto es que el propio programa advierte de que algunas de las situaciones son dramatizadas. Sin embargo en la red se preguntan por los peligros que podrían correr quienes decidiera poner a prueba los consejos de Bear Grylls. ¿Es arriesgado que un programa de televisión induzca a confundir ficción con realidad de esa manera?
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